Calzoncillos
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Calzoncillos contra el frío
Esta pequeña prenda de vestir tuvo originariamente dos funciones: la principal era proteger del frío y la secundaria, aunque no menos importante, aportar aires de nobleza. Curiosamente además, lo que para unos resultaba signo de civilización para otros era todo lo contrario. Así, los romanos lo veían como un objeto de bárbaros (que vivían al norte y, por lo tanto, lo usaban contra el frío) pero los griegos lo percibían como símbolo de heroicidad y aristocracia. No obstante, las modas cambian y más adelante, también los romanos encontraron utilidad para esta prenda.
Los clásicos suelen ser blancos y aunque ahora se perciben como sosos, se debe reconocer no solo una mayor facilidad para su manufactura (después de todo, es algodón), sino también para su lavado, sobre todo en tiempos pre-industrialización. Además, su fabricación en tejidos naturales favorece la transpiración.
Cerca del muslo es la clave
En zonas más templadas no tenemos tanta costumbre de ver calzoncillos largos, sin embargo, esa fue precisamente su forma original y su utilidad y comodidad siguen vigentes. Esta prenda, que se fue acortando, ofrece ahora tanta variedad en sus largos como en sus diseños.
Las formas clásicas son, sin duda, los bóxers y los slips. Los primeros, más sueltos y ligeramente más largos son ideales para quienes buscan ligereza y confort. Los segundos, más ajustados y cortos (llegan a la ingle), son los favoritos de quienes buscan sujeción. Sin embargo, la opción reina cuando se trata de aunar lo mejor de estos dos mundos son los calzoncillos elásticos pero ceñidos al cuerpo, aportan seguridad, pero sin apretar.
Suponen una versión más moderna y coqueta que los demás y que suele ofrecer aún más variedad en sus diseños y colores. Esta es la opción preferida entre la gente más joven. Suele venir en materiales artificiales aunque a menudo mezclados con tejidos naturales para ser más transpirable y cómodo. Los puedes encontrar con o sin texturas y con mayor o menor largo. Además, los hay de una pieza, pero también con una costura central para facilitar ciertos movimientos.
Estos calzoncillos pueden estar más pegados a ingle o llegar a medio muslo. Ahora, que se desarrollan versiones térmicas para los días más fríos, los que son un poco más largos son los ideales para ponerse vaqueros en invierno. Los más cortos, sin llegar a ser slip, son ideales para el verano cuando optas por pantalones cortos.
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